¿Sigue valiendo la pena elegir estudiar en Australia? Caos con la nueva directiva
Con la implementación de la nueva Directiva 111, el gobierno sorprendió el 20 de diciembre al anunciar cómo será el proceso de visado a partir de ahora. Esta directiva reemplaza a la anterior, la Directiva 107, que habíamos mencionado en varias ocasiones y con la que estuvimos operando en los últimos meses. La Directiva 111 aplica tanto a nuevas aplicaciones de visas estudiantiles, que serán registradas fuera de Australia, como a aquellas que están pendientes de procesamiento. Sin embargo, no afecta a los estudiantes que aplican dentro de Australia.
La Directiva 111 ha sido diseñada para mantener un control sobre los proveedores educativos, regular las cuotas de estudiantes internacionales y desacelerar el procesamiento de visas estudiantiles cuando estas cuotas se acerquen a su límite. No obstante, esta directiva funciona como una medida para asegurar los límites establecidos para la llegada de estudiantes internacionales a Australia. Está diseñada para permitir al gobierno actuar en contra de la voluntad popular. Aunque el parlamento australiano no aprobó esta ley, la directiva está en vigor, siendo aplicada directamente, lo que indica que el ministro tiene la facultad de tomar decisiones sin la intervención del parlamento. De hecho, parece que el Ministro de Asuntos Internos, Tony Burke, evitó tomar responsabilidad directa por esta medida, ya que la Directiva fue firmada por su asistente, Julian Hill. Este hecho es especialmente controvertido, ya que estamos hablando de una de las directivas más polémicas en la historia reciente, y ha sido firmada por el Ministro Asistente de Ciudadanía y Asuntos Multiculturales. Todo esto sugiere que el gobierno busca una “negación plausible” en caso de que la situación se complique.
Lo que resulta aún más preocupante es que todo el Partido Laborista mostró una actitud complaciente durante la semana, cuando adoptaron este enfoque por la “puerta trasera” para gobernar Australia. El Ministro de Energía, Chris Bowen, ejemplificó este comportamiento extraño, al señalar que “el gobierno intentó legislar un enfoque más sensato” y que la idea de desacelerar el proceso de visas estudiantiles surgió como respuesta a la oposición política, que bloqueó la legislación que limitaba realmente el número de estudiantes. En lugar de pasar por el parlamento y tomar el enfoque adecuado, decidieron seguir una ruta menos sensata. De hecho, la Directiva 111 se ha visto como un enfoque menos sensato para la educación internacional en Australia. Esta noticia ha tenido repercusiones internacionales, y los medios de comunicación en otros países la han destacado negativamente. En India, por ejemplo, se enfocaron en las posibles consecuencias negativas para sus estudiantes, que se verían más afectados por los cambios; Japón se centró en los esfuerzos del gobierno para eludir al parlamento, mientras que Singapur destacó las soluciones legales alternativas para mantener las cuotas dentro de los límites establecidos. Algunos periódicos australianos incluso han calificado esta medida como ilegal.
La nueva Directiva 111 establece dos caminos de procesamiento:
- Alta prioridad (Prioridad #1): Permite a los oficiales de caso procesar las aplicaciones hasta el 80% de las cuotas asignadas a cada proveedor educativo. Por ejemplo, si una institución tiene asignadas 100 plazas para el año, una vez que se otorguen 20 visas, el proceso entra automáticamente en modo lento.
- Prioridad estándar (Prioridad #2): En este modo, los oficiales de caso no están autorizados a otorgar más visas de las cuotas asignadas. Esto significa que solo hay dos posibilidades: las aplicaciones que aún estén en espera entrarán en un estado de “sin más espera” y las plazas restantes serán asignadas, o bien las aplicaciones serán denegadas.
Además, se implementará un test de estudiante genuino (GTE), que servirá como herramienta para negar las visas. Es importante recordar que el GTE puede ser utilizado para rechazar la visa de cualquier solicitante.
¿Los estudiantes internacionales estarán dispuestos a asumir el riesgo de que sus aplicaciones sean retrasadas y finalmente rechazadas? Es importante tener en cuenta que una visa australiana rechazada podría afectar las solicitudes de visa en otros países, lo que plantea la pregunta de por qué arriesgarse y elegir Australia. Además, surge la cuestión de si el gobierno devolverá el dinero a los estudiantes cuyas aplicaciones entren en el proceso lento de visado. ¿Cómo sabrán los solicitantes que su solicitud se encuentra en la línea de procesamiento lento y que tendrán que esperar hasta el próximo año? Estas son preguntas cruciales que hicieron que esta legislación no fuera aprobada en su momento. Como dijo el líder de la oposición, Peter Dutton, “es un desastre”.
Sin embargo, existen algunas excepciones a este proceso. Hay proveedores educativos muy específicos, como los operados por el gobierno (TAFE), donde los estudiantes matriculados no tendrán que esperar. También estarán exentos de los tiempos de espera los estudiantes que sean menores de edad, aquellos que participen en programas de intercambio, los estudiantes que solo estudien inglés, los estudiantes de cursos de formación piloto, los estudiantes de posgrados de investigación, los estudiantes de asuntos exteriores y defensa patrocinados por el gobierno australiano, los estudiantes de la región del Pacífico y Timor Oriental, y los estudiantes matriculados en acuerdos de educación transnacional.